Ahora más que ningún otro día por fin tuve el valor necesario para verte a la cara y decir lo que tanto me malgastaba el corazón, ahora que logre el cometido me das la espalda y finges no haberme visto, no existe dolor más grande en mí que la derrota que cometiste en mi interior, quizá no exista el tiempo ideal para reflejar una mirada al espejo y gritar con ansias lo mucho que te quiero, tal vez no tenga la oportunidad de rendirme ante el fruto que nace en mi cuerpo fértil en el que tu cultivaste tu ser dentro de mi alma.
En instantes rondando por mi cabeza las ideas caen, te regalo mis caídas y derrotas, ya que contigo serán millones de esperanzas perdidas, pero aún así no me rindo tan fácil, continuare hasta que mi cuerpo se pose sobre el lecho de tus manos, esperare el día y la hora exacta en el que tenga que retirarme, dejare lo que más aprecio, pero quedara claro que aunque ya no esté aquí no me he rendido, al final nada habrá sido en vano, ya sea sí o no la canción de tus labios, esta a tu disposición correrme de tu vida, mas sin embargo he aprendido que un alma vagante puede quedar solitaria a la orilla del mar, navego por el mundo buscando que es lo que aprendí de ti, después de todo ya nada queda, la luz se apaga y la ilusión habrá sido tan solo un desprecio mío.
Constantemente me retiro de mi mismo para recordar aquellos pensamientos en los que tu y yo solíamos estar siempre juntos, pero al despertar me daba cuenta de que nunca fue la realidad, ahora más que nunca dejo todo atrás, la ignorancia desaparece de mi, el miedo ya no es nada, tu, eres la razón de que mis pensamientos sean palabras en la vida, es por eso que cada día que pasa aún te quiero y te querré por los días restantes y por el tiempo de mi alma…
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