Aquellos óvalos que conserva tu rostro fresco y perfumado, esa figura tan completa y colorida que sonríe y lamenta, ese objeto que capta mil imágenes, esas acciones que llamas observar, esos cautelosos ojos, como dos gotas de agua, biológicamente uno más grande que el otro, suplementos hermosos, miradas fantásticas en tu rostro preciosos, como dos faros que iluminan el sendero, por no decir codicia yo me los robaría, horizontes de las mañanas con tantos colores que aún se esconden, miedosas de salir están las alegrías, por ello sus gamas cafés gritan tanta algarabía, regañan y fastidian como una maldición, pero alegran el día con una mirada, tan alegres son que el llanto emigra a tu boca, observemos el juego placentero que combinan tus ojos con tus cabellos, que la vida te haga llorar para poder mirar de nuevo tus ojos cafés que tanto debemos querer, y no olvidemos esas pupilas tentadoras y el arco iris pobre que no deja escapar la mirada de tus vistas, lloraras con una sonrisa mientras cada día el mundo lamenta no darle buena vista más allá del horizonte, a esos ojos, a esa joven, y a esa niña bonita con ojitos lindos.
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