Mi personaje inolvidable

Una receta de sugerencias para elegir una aventura propia dentro de un sitio ajeno para no leer y juntar la leña y contar palabra por palabra lo que es sentarse a ver el fuego desde su origen hasta el termino de la algarabía por que sin lectores no habría protestantes... sin acordes ni canciones Bienvenidos, aquí ya comienza nuestro camino...















jueves, 2 de septiembre de 2010

Ojos Cautivos

Para mi querida desaparecida:

Cada mañana, cada noche, sueño con un mundo obscuro completamente encerrado en las tinieblas, espero cada día tu regreso hacia el país de tu conquista, hablemos de ti como una sombra en el agua, hablaré en tono claro y si puedo lo escribiré recitando.

No existen palabras para completar el espacio vacío entre la vida y tú misma, todas las tardes observo el horizonte pensando en aquellas cortas señas de enojo y alegría, ambas a la precisión de un canto acústico.

Girando mi cabeza y mis ojos recorro cada rincón del tiempo que atraviesan tus encantos que, para mi serían los más hermosos, sonrisas, llantos, enojos entre otras facciones que irritan el estado del ecosistema social, ambiguamente no recuerdo las vocales que pronunciabas con tus labios rosas húmedos de ser tuyos.

Completamente desconocidas aquellas huellas que dejabas atrás mientras caminabas al precipicio de mi edén, sentado sobre el frío con la sentencia de doscientos días con los ojos fijos hacia tu movimiento ondular en todo su esplendor, convoca a los demonios a una junta para que asesinen mi llanto y olviden mi descaro de seguir tu camino como un felino al cazar.

Conquistar la más minúscula isla que existiese en mi imaginación podrá no ser la gran cosa, pero comparo la igualdad de sentimientos para girar una conversación con el viento, dominar el mundo es mucho más sencillo que tocar el brillo celeste que deja tu cuerpo despojado del nirvana al amanecer.

Con los ojos de matar podrías crear mi destrucción, mas sin embargo no controlo los pensamientos del mañana pero tú controlas mis pensamientos del presente, justo al momento de ver tu encanto fantasmal.

Es extremadamente extraño e innecesario pensar que pudiésemos morir tendidos al sol como dos rocas en un día de primavera, así también como el otoño gris que derrumba mi hogar dándome la esperanza de seguir la senda de tus pies al caminar sobre la tierra húmeda de mi propio infierno: mi decepción al caer contra tu mirada despiadada.

Sí cada quien hace lo que desea entonces yo derramare lagrimas sobre mi alma para que tu no sufras de sed en el largo futuro que espera un trágico final para todos.

Repleto de locura, horror, violencia y realismo escribo una carta para un destinatario que quizá no la lea, probablemente ni siquiera la sostenga, sé muy bien que no sólo me has visto con descaro sino que también tus sospechas son tan grandes para el tiempo que mis miradas se han dilatado con tan sólo saber que estarás donde yo.

Mi flor se ha marchitado, no existe ningún remedio, tal vez haya un método de salvar mi discreción y solamente será útil saliendo de tu espacio, aunque ya mis alternativas no dudan de sí mismas, mis nervios me traicionan justo cuando la palabra más hermosa (tu nombre) invade mi mente y perjudica mi integridad con la realidad, una realidad tan desagradable que prefiero quedar atrapado bajo el yugo de tus ojos y el laberinto de tu voz.

No necesito despertar para decirte te quiero y pronunciar tu nombre con la entonación más resplandeciente que jamás hayas escuchado, sólo dedico un grito, una guerra, un libro, una bandera y una palabra para darte mi destruido espíritu, aunque suene religioso es muestra de mi autoridad como persona dentro de un extraordinario mundo.

Extraordinario pero tan extraño lugar que es el mundo que así te conocí, simplemente de palabra y visión ya que mis recursos son tan pobres frente a tu preciosa personalidad y paradójica verdad sobre tu hermosa imagen personal, mientras tanto yo me he quedado desperdiciando el tiempo imaginándote con una sonrisa en tu rostro y el brillo de tus ojos que rodean mis brazos como si fuesen asesinatos de palabras evidentes.

Sólo basta despedirme en unas cuantas palabras más, nunca diría adiós y menos a ti que con tan admirable voz es inevitable conseguir un saludo de tu parte así que prefiero quedarme con tu palabra llena de alegría y consumir mi ser contigo dentro de mi mente y perdido en tu encanto agónico que me hace delirar un segundo a tu lado.

Tuyo

Hr. Dunkel

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